“Misil a LUNA”. Crónica de un derrumbe

Por 26 mayo, 2022 No Comments

Continuando con nuestro análisis de Terra y lo ocurrido, analizaremos en este artículo respecto a lo que se sabe sobre el ataque y sus consecuencias; en la próxima entrega, haremos las apreciaciones jurídicas del caso. ¿Qué causó el colapso de una criptomoneda que estaba octava en capitalización de mercado junto con la tercera moneda estable? ¿Le puede pasar a otros proyectos? ¿Los inversores deberían haberse informado mejor? La idea de este artículo es tratar de aclarar alguno de estos puntos.

Para quienes prefieren los videos, recomendamos este (en inglés) de Coin Bureau que aclara muchos de los títulos que tratamos acá (salvo el enfoque legal).

 

Causas del colapso

Al respecto, recomiendo el siguiente artículo de medium.com como introductorio pero para un análisis pormenorizado de las transacciones que causaron finalmente el derrumbe, lo mejor hasta ahora es este análisis de la ONG Chainalysis. Desde este espacio tratamos de ser cautelosos a la hora de calificar, pero la caída de un 100% del valor de la octava criptomoneda del mundo en 6 días no deja lugar a otro calificativo. Aclaramos que la caída real es un número un poco menor (de 110 a 0,0001 dólares por token) pero el redondeo da el porcentaje antedicho. Lo primero que hay que entender es que a LUNA “se lo lleva puesto” UST, parte fundamental del aporte de liquidez a su ecosistema.

Habiendo visto el funcionamiento del peg de UST y cómo funcionan las monedas estables algorítmicas (ver artículo) vamos directo a la causa del colapso: todo el ecosistema Terra fue víctima de un ataque de mercado perfectamente orquestado aplicando presión en los lugares y momentos exactos para lograr algo que “no podía pasar”. Así como hay pérdidas de dinero multi millonarias (algunos dicen que equivalentes a las generadas por Lehman Brothers en 2008, calculan 45 billones de dólares), hay otros trades que generaron ganancias incalculables (entre los que se sospecha que están los “atacantes”).

Lo relevante del ataque es que quienes lo perpetraron fueron acumulando hasta un billón de UST, impidieron por un tiempo que el sistema 4pool funcionara (estabiliza e inyecta liquidez), habrían tomado préstamos en BTC, corrieron rumores de inestabilidad, ejecutaron ventas muy agresivas muy rápido y dejaron sin liquidez a partes claves del ecosistema para evitar que pueda sostener la paridad. Esto “confirmó” los rumores (aunque en ese momento no fuesen ciertos), generando ventas en pánico (mayoristas y minoristas), llevando a una mayor caída del precio del BTC, ETH y USDT (monedas claves en el sistema de respaldo de UST), lo que terminó despegando cada vez más a UST de su paridad e incrementando el pánico.

Se especula que quienes hicieron las primeras ventas por debajo del peg de UST en Cruve Finance y Binance abrieron un “short” en BTC (sabiendo que la LFG iba a estar forzada a salir a vender muchas monedas de su reserva para mantener la paridad y bajaría su precio). Algunos incluso dicen que se usaron las ganancias de esos shorts para seguir atacando al ecosistema de Terra. Otras especulaciones apuntan también a que los responsables serían entidades y grupos financieros tradicionales que no tenían inversiones en criptoactivos y buscaban dañar la credibilidad y cotización de todo el sistema.

El pánico no solo se generó en pequeños usuarios sino que grandes fondos de inversión, exchanges y otras cadenas que utilizaban UST y LUNA vendieron lo antes posible todas sus posiciones para evitar que los arrastre (en las primeras 48 horas se retiraron 9 de los 14 billones que estaban depositados en Anchor, por ejemplo). Sobre el rol de Anchor como “acelerante” de la caída, recomiendo este artículo de The Verge (en inglés); pese a ser demasiado crítico para mi gusto, trae datos relevantes de cómo puso varios de los clavos en el ataúd.

El sistema algorítmico del peg implica que, para poder generar cierta ganancia, los tenedores de UST (ya a 0,70 o 0,60) debían convertirlo a LUNA (que cada vez valía menos) y luego venderlo, combinado con su mayor emisión. Cuando LUNA empezó a tener menos capitalización de mercado que UST, empezó la fase final de la avalancha. Esto explica por qué el derrumbe de LUNA es todavía mucho más pronunciado que el de UST.

Una forma de entender UST (y su caída) es considerarla como la representación de la presión de venta sobre LUNA. Esto significa que ni bien UST tiene mayor valor que LUNA (lo que pasó), no se puede sostener la presión de venta y el valor de ambos activos se acercará a cero (por la falta de confianza del mercado).

Al día de hoy se dice que, por la exactitud del momento y el tipo de ataque, solo requirió 350.000.000 de dólares para sacar del juego a UST y LUNA. A medida que tengamos más información, la iremos compartiendo

 

¿Cómo se cortó la sangría?

Habiendo agotado todos los recursos de mercado (vendieron más de 80.000 BTC para tratar de mantener la paridad de UST), la Fundación de Guardianes de Luna (“LFG”) tuvo que tomar una decisión más drástica. Hicieron lo que ningún proyecto crypto quiere hacer nunca: restringieron las operaciones durante algo más de 24 horas en 2 oportunidades. Esto atenta muy fuerte contra la credibilidad de un proyecto, pero a cierto punto de pérdidas, el daño ya estaba hecho, no había recuperación “orgánica” posible ni reservas y su reputación ya no podía empeorar.

Hay que tener en cuenta que la tenencia de LUNA no solo es una representación económica, sino que garantiza derechos de voto sobre el proyecto (que sigue teniendo un desarrollo de software, empresas y fundaciones detrás). A un precio tan bajo como los que se llegó, “apoderarse” de todo el ecosistema Terra hubiese sido bastante barato. Esto es consecuencia de su sistema de consenso “Proof of Stake”, un nodo del sistema se podría haber apoderado de toda la cadena, comprometiendo así la seguridad y descentralización del ecosistema completo.

 

¿Le puede pasar a otros proyectos?

La semana siguiente al colapso de LUNA, se intentó un ataque similar contra USDT (la moneda estable con más trayectoria y mayor capitalización de mercado). Si bien todavía tiene días que cierra por debajo de US$1, nunca lo hizo por debajo de 0,99; en su peor momento, apenas perforó el 0,97. Las noticias positivas que este colapso trajo respecto a Tether (la empresa detrás de USDT), es una mayor transparencia respecto a sus reservas de valor con las que garantiza su paridad. Al respecto, recomendamos esta nota de iProUp.

El riesgo que pase lo mismo con otra moneda estable existe, pero hay dos puntos fundamentales a tener en cuenta: son muy pocas las monedas estables que dependen únicamente de algoritmos y; la íntima vinculación que tenía LUNA con UST no se da en otros proyectos. Lamentablemente estos eventos destruyeron la confianza del ecosistema en la mayoría de las monedas estables descentralizadas (o las que buscan serlo).

Por otro lado, hay que entender el funcionamiento que tiene cada moneda estable para evaluar correctamente si esto puede pasar en otros proyectos. Sobre los peligros de las monedas estables algorítmicas, recomendamos este artículo de The Defiant (en inglés): generan más oportunidades pero (hasta ahora) siempre terminan generando pérdidas para muchos.

Principalmente nos encontramos con dos tipos de monedas estables: las emitidas por una empresa (centralizadas) y que ésta declara tener reservas suficientes para la cantidad de tokens circulantes (como USDT o USDC) y; las descentralizadas (como DAI o como era UST). En el caso de DAI, si ésta perdiese su paridad, habilitaría a los tenedores de sus monedas a comprar todo tipo de criptoactivos que se encontraban respaldándolas como colateral. Lamentablemente, la credibilidad en todos los proyectos descentralizados se vio afectada por esta crisis.

Uno de los factores que suman seguridad a cada proyecto, además de validar el respaldo en otros activos que tienen, es considerar el flujo de operaciones. A mayor cantidad de capitalización de mercado y operaciones diarias manteniendo paridad, más probable es que se mantenga estable.

 

¿Qué va a pasar con la gente que tenía LUNA y UST, perdieron todo y listo?

Nadie lo sabe realmente. Hay varias propuestas que están siendo sometidas a consideración de la comunidad (algunas incluso que provienen de la misma); lo mismo pasa con cada proyecto construido sobre la blockchain de Terra y / o que sigue dependiendo de UST. Inicialmente se hablaba de utilizar las reservas de las bóvedas de Terra para recompensar a quienes apostaron hasta el final por el proyecto (que en realidad se gastaron para tratar de recuperar el peg) y / o de salvatajes por quienes tenían más que perder con este escenario de colapso de LUNA y UST (ver artículo de Bloomberg). Ambas alternativas parecen estar descartadas en su totalidad.

Como dijimos, tener LUNA no solo da derecho a un precio de venta por los tokens, sino también a votar respecto al futuro del proyecto. Algunos miembros de la comunidad proponían “dejar morir” a LUNA y “dolarizar” UST como otra moneda estable del mercado, devolviéndole valor a quienes tenían UST. El problema para eso es que se requieren fondos que hoy no tiene el ecosistema y pierde funcionalidad, ya que el token transaccional de la red es justamente LUNA.

Una de las alternativas con más chances de prosperar, y que impulsa Do Kwon, CEO y principal responsable del ecosistema es la de generar una bifurcación en la cadena, manteniendo el token colapsado como “LUNA CLASSIC” (LUNC) e iniciar de nuevo con un nuevo LUNA, cuyos tokens serán distribuidos entre desarrolladores, quienes tienen LUNA y / o UST. Al respecto recomendamos el artículo de Bolsa Manía. Si bien las primeras propuestas de Do Kwon tuvieron resultados muy negativos en las votaciones, no se ve ninguna salida posible que no sea alguna forma de bifurcación; únicamente quedaría debatir cuántos tokens le corresponden a cada persona afectada por el colapso, la cantidad de tokens a emitir y algunos detalles técnicos.

 

¿Qué cambios puede generar en el ecosistema crypto?

Recomiendo en este sentido la nota que CryptoNews le realiza al CEO de Binance (en inglés. Hay lecciones aprendidas para todos. Por ejemplo, cualquier activo que tenga colaterales, comparte (en mayor o menor medida) el riesgo de sus colaterales. Se espera que, a partir de este gran colapso, los proyectos sean más moderados a la hora de proponer rendimientos, planifiquen mejor a la espera de posibles bajas y reduzcan los rendimientos ofrecidos.

En general, se siente en todo el ecosistema una mayor humildad de parte de desarrolladores e inversores y una extrema cautela a la hora de apostar por cualquier proyecto que no esté totalmente desarrollado. Definitivamente parece ser un “antes y después” para invertir en altcoins.

Por otro lado, los proyectos que sobrevivieron esta gran caída, sobre todo los que tenían gran exposición al ecosistema Terra, demostraron gran resiliencia y tienen chances de captar inversiones nuevamente a mediano plazo. Lamentablemente una caída tan estrepitosa de una moneda de las principales, hace que la desconfianza en todo el ecosistema crezca en forma desmedida.

Diego J. Nunes

Socio

Estudio Nunes & Asoc.