“Misil a LUNA”. ¿Qué es (era) Terra?

Por 26 mayo, 2022 No Comments

No es noticia para casi nadie el colapso en su cotización que tuvo el token LUNA, su moneda “estable” UST y todo el ecosistema Terra en general desde el 7 de mayo de 2022 que implicó prácticamente un certificado de defunción 6 días después. Incluso personas que nunca mostraron un gran interés en los criptoactivos y varios medios no especializados hablaron del tema.

Desde este espacio vamos a hacer tres artículos para, primero intentar explicar la situación previa a la crisis (este artículo), luego lo sucedido en mayo y qué se puede esperar a futuro y una apreciación legal sobre lo ocurrido. Como nuestros lectores tienen distintos niveles y áreas de expertiz, separamos los artículos en tres tópicos con links, videos y bibliografía complementaria para quienes quieran profundizar o ya conozcan sobre alguno de los temas tratados.

Algunos de los interrogantes que abordaremos en este artículo: ¿Cómo funcionaba Terra? ¿Era previsible el colapso? ¿Qué va a pasar con la gente que tenía LUNA y UST, perdieron todo y listo? ¿Sigue teniendo valor? Para quienes prefieren los videos, recomendamos este (en inglés) de Coin Bureau que aclara muchos de los títulos que tratamos acá (salvo el enfoque legal).

 

¿Qué aporta(ba) el ecosistema Terra?

El ecosistema Terra, creado principalmente por Terraform Labs como desarrollador de software, fondeado por rondas millonarias de inversión de capital privado e inversores privados y auditado por la Fundación Guardianes de Luna (“LFG”, compuesta por gigantes de inversores de riesgo y e-commerce), representó en todo momento una gran oportunidad para la descentralización de los medios de pago y una amenaza a la soberanía de los países en materia de emisión de moneda. El ecosistema se propone poner a disposición de todas las personas el acceso a las monedas FIAT del mundo, a través de tokens con paridad 1:1 con cada moneda (entre otras muchas aplicaciones, incluso juegos y NFTs).

Para hacer esto, se nutren de oráculos (programas que traen datos del mundo real a la programación, en este caso el valor relativo de las monedas) y validadores de la cadena ATOM. La posibilidad de comprar, vender y transferir cualquier moneda del mundo a su valor actualizado al instante representa una revolución en medios de pago que ilusionó a muchos.

Como todo servicio financiero y de pagos tiene un costo, este se pagaba en LUNA (el token nativo del ecosistema). LUNA se usaba para todo: pagar por transferencias, generar rendimientos, comprar activos y pagar por servicios dentro de la red; también para votar sobre el futuro del proyecto y mantener la paridad de UST y las demás monedas estables. El proceso técnico es por demás complejo, pero incluye estrategias de generación, quema de tokens y un libre arbitraje de mercado con recompensas para quienes mantienen la paridad, diseñado lograr estabilidad. Como dijimos al principio, esto es lo que falló y, como el proceso algorítmico siempre demora más que otros en conseguir la paridad, se esperó “de más” a que se revierta la situación.

 

¿Sigue valiendo algo?

La gran cantidad de desarrollos existentes en LUNA y su premisa de generar un mercado de sintéticos con paridad tanto con acciones como con monedas FIAT, así como los protocolos de préstamo, ahorro, posibilidad de acceso a las finanzas descentralizadas en forma práctica y rápida a cualquiera que tenga internet y las horas y horas invertidas en programación de los protocolos de seguridad de todo el ecosistema sigue teniendo un valor inmenso. El motivo principal del valor actual de cada token de LUNA y de UST es, por un lado, la gran emisión que hubo que generar durante el colapso y, por el otro, la falta total de confianza por parte de todo el ecosistema crypto y los inversores. Es muy poco probable que el equipo de LUNA (por más lecciones que haya aprendido en el camino), logre las alianzas con otras cadenas y / o el nivel de adopción que logró en 2021 y el primer cuatrimestre de 2022.

 

Monedas algorítmicas y Peg

Lo primero que hay que saber es que UST (moneda que inicia el colapso) pertenece a un tipo de monedas “estables” que no es como la mayoría, las algorítmicas. El sistema lo describo más abajo en forma muy simplificada, el mismo se llama “peg” y se había perdido una sola vez desde que se decidió respaldar UST con BTC por un problema externo a Terra. Sobre el peg, recomendamos este artículo de ámbito.com.

El sistema de estabilización del peg depende de incentivos de mercado y que los miembros del mismo actúen de la forma que se espera en base a ellos. Ejemplo: UST está en el mercado a 0,8 por dólar, en la blockchain de Terra se paga por cada UST 1 dólar, con ese dólar se compran LUNAs y al venderlos nuevamente a una moneda estable se genera una ganancia superior al 20% sin límite de operaciones ni monto; la pregunta fundamental es si sigo confiando lo suficiente en UST para que sea mi moneda elegida o voy a ir hacia otra y descapitalizo el ecosistema Terra (que es lo que terminó pasando). Es importante señalar que en noviembre de 2021 vimos el proceso inverso, cuando UST era cada vez más requerido en distintas cadenas de bloques como moneda estable de intercambio (lo que generó un gran aumento del precio de LUNA).

 

¿Era previsible?

Por más que muchos con la sentencia ya dictada hayan intentado decir que “era claro que esto podía pasar” y que “los riesgos eran evidentes”, este tipo de caída era algo completamente inesperado y que solo se pudo dar por haber ocurrido en simultáneo cuando el “sistema de seguridad” (4pool) estaba desactivado. Obviamente el hecho que UST fuese una moneda algorítmica implica un riesgo adicional pero lo esperable era que pudiera perder paridad por un par de semanas a lo sumo y luego recuperarla, no este nivel de caída para todo el ecosistema. También otras medidas de seguridad podrían haber colaborado, como tener un plazo mínimo desde el depósito hasta poder extraer los fondos (algo similar a los plazos fijos bancarios), aunque obviamente ello va en contra del espíritu del ecosistema crypto.

A las únicas personas que sí se les puede reconocer que “algo intuían” probablemente es a quienes menos tienen que ver con el ecosistema crypto que, cada vez que alguien les comentaba que Anchor Protocol mediante un contrato inteligente pagaba casi 20% de interés en dólares, respondían casi al unísono “eso tiene que explotar / va a terminar mal”. El protocolo básicamente potenciaba los rendimientos económicos de micro inversores con depósitos de otras criptomonedas y sus derechos de gobernanza; estos resultados iban a un cálculo que siempre oscilaba en un rendimiento anual entre el 18 y el 20%. Si bien se sostenía con el flujo de UST generado por los últimos meses, los responsables de Anchor (parte fundamental en el uso de UST por el volumen que manejaba) ya sabían que iban a tener que recortar los rendimientos de los depósitos de los pequeños ahorristas y estaban en ese proceso.

Diego J. Nunes

Socio

Estudio Nunes & Asoc.