TODOS HABLAN DE WEB 3.0 PERO ¿QUÉ ES?

Por 8 febrero, 2023 No Comments

Como comentamos en nuestra entrega anterior, nuestro socio Diego Nunes se incorporó como Director de la aceleradora #web3 de Founder Institute, en donde va a mentorear emprendedores que desarrollan proyectos en esa industria. Todos hemos escuchado algo al respecto y que se supone que es “la nueva internet” pero pocos realmente entienden que implica. Por eso, aprovechamos para pedirle a Diego que nos comente de qué se trata y por qué puede ser la industria que traiga la mayor cantidad de unicornios esta década:

Introducción
Para empezar, me gustaría desmitificar algunos puntos. Son muchas las promesas que se hacen alrededor de #Web3, como toda tecnología disruptiva, pero no todas son ciertas o están cerca de realizarse en esta instancia de su desarrollo.
¿La Web3 es disruptiva? Claro que sí. ¿Puede terminar con varios oligopolios? Definitivamente. ¿Va a destruir a la internet como la conocemos? No pero la va a reconvertir. Representa un avance y cambio de los paradigmas y modelos de negocio, entre otras muchas cosas. ¿Cuál es el cambio fundamental que trae? La propiedad descentralizada y la validación de la misma: de activos (tokens fungibles y no fungibles con sus posibilidades de uso) y los datos personales. Si no entendieron lo último, les pido que sigan leyendo.

Historia y evolución
Como introducción al tema, recomiendo leer la nota de iProUp al respecto. Creo que lo primero a entender es por qué tiene ese nombre (que parece una versión de software). Se considera como 1.0 a la web que ofrecía contenido sin interacciones (más o menos como una representación digital de un libro pero que no había que comprarlo). La web 2.0 es la que tenemos hoy en día: mucha creación de contenido, blogs, videos, fotos, redes sociales, etc. (todo lo inventado desde Fotolog para esta parte). La Web 2.0 se caracteriza por tener intermediarios y plataformas: quienes crean el contenido lo suben a diversas apps (Youtube, Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok, etc.) para que estén accesibles a cierto grupo de personas; dependiendo de la configuración puede ser más o menos público. La característica es que la comunidad crea y consume a la vez el contenido, pero el mismo está validado y pasado por los filtros de una plataforma. ¿Qué trae la Web3? Tres conceptos de los que venimos hablando en este espacio hace mucho: descentralización, gobernanza y privacidad. ¿Cómo lo logra? A través de tecnología blockchain, permitiendo propiedad y autonomía en el control de todo lo que
sea de una determinada persona en forma directa sin necesidad de una plataforma centralizada (como una red social) que la filtre y valide. De alguna forma es la fusión entre internet y las criptomonedas si se quiere. ¿Por qué? Bueno…
Pensemos cómo arrancó internet (perdón por esta sobre simplificación): un grupo de científicos universitarios quiso inventar una forma más eficiente de comunicarse con la infraestructura existente. Inventaron un aparato (modem) que convertía ceros y unos de las computadoras en sonidos audibles que se podían transmitir por las líneas telefónicas y decodificarse del otro lado de la línea para recrear el mensaje original. Sí, internet nació con el e-mail. Para los nostálgicos y los jóvenes, les dejo un link de cómo sonaba (bajen el volumen).
Después se usó la misma tecnología para conectar computadoras a una red mundial y poder mostrar páginas tecleando una dirección determinada con cualquier computadora conectada a la red. El propietario y controlador de esa información era quien la subía que, a lo sumo, tenía un contrato de alojamiento (hosting) con quien le prestaba o alquilaba memoria en su computadora conectada a la red para que el contenido fuese visible.
Entonces, ¿internet nació en las manos de unas pocas corporaciones valuadas en billones de dólares? Para nada; era una plataforma descentralizada de libre expresión en donde cualquier persona conectada podía subir lo que quisiera sin censura. A eso busca volver (un poco) la Web3: que las grandes corporaciones dejen de controlar el 70% del tráfico y que sus algoritmos dejen de decidir lo que vemos y lo que no de todo lo que se publica.

Descentralización
Así como Bitcoin buscó (y en cierta medida logró) descentralizar el dinero y el poder de los Bancos Centrales y Ethereum consiguió una red de bloques sobre la cual se puede montar programación, Web3 busca hacerlo con los datos, la información e internet. Para eso se apoya en la misma tecnología: blockchain. Es trazable, tiene datos públicos y privados, accesible por cualquier persona conectada a la cadena de bloques, segura e inmutable.

Libre expresión, seguridad y protección de datos
En Web3, no va a existir un algoritmo que decida mostrar más a ciertas personas, censurar opiniones o contenidos, vender datos privados de usuarios, usarlos para ofrecerles determinadas publicidades, etc. Va a implicar un cambio radical en donde, para controlar internet, alguien tendría que controlar básicamente a todo el mundo.
No alcanzará con tener acuerdos con 10 empresas gigantes para callar ciertas voces o limitar algún contenido. Esto, por supuesto, tiene sus ventajas y desventajas. Pero permite que internet vuelva a ser lo que quiso ser siempre: una plataforma con libertad de expresión.
La dispersión de los datos de cada persona y el manejo que se logra en Web3 también es relevante. Nuestros datos dejan de estar en manos de esas pocas empresas y el usuario recupera gran parte del control sobre los mismos, favoreciendo lo que se conoce como “ownership”. Ya no es necesario “entregar mis datos” para poder acceder a cierta plataforma o producto. También se mejora sustancialmente la seguridad informática.
Lo que aún es una barrera de entrada es la forma de acceder. En lugar de usuario y contraseña, se ingresa con billeteras virtuales integradas a un navegador compatible con las redes de cadena de bloques a las que se quiera acceder. Hoy parece un proceso más bien complejo, pero viendo la integración entre cadenas y la velocidad a la que se hace todo cada vez más accesible para los usuarios, parece que más pronto que tarde vamos a empezar a ver adopción masiva de esta tecnología.
Uno de los puntos más fuertes de la tecnología blockchain es que “mientras una sola PC esté encendida y conectada, la red está viva”. Esto significa que serán redes mucho más estables y es mucho menos probable que se corten varios servicios porque “se cayó un servidor central de una empresa grande”. Otra “seguridad” adicional de Web3 justamente es su descentralización. Si cae el valor del token (como pasó con FTX o LUNA), la red sobrevive y su sistema de gobernanza descentralizado decide su futuro (si no sabés qué es, seguí leyendo).

El nuevo modelo de negocios
Web3 tiene detrás un modelo de negocio pensado para reducir casi al mínimo la ganancia de los intermediarios y maximizar los rendimientos de los creadores de contenidos. Se busca una máxima recompensa al talento y al aporte de valor y reducir la explotación actual de grandes plataformas que concentran la mayor cantidad de rendimientos por ser los canales “en los que hay que estar y todos ven”. Vuelve a poner en jaque el concepto que el dueño del medio / red social decide lo que veo y le devuelve el control al usuario.

¿Quiénes ya están trabajando en Web3 y cómo?
Una de las industrias que más está experimentando con este concepto es la de los eSports. También quienes trabajan en Web3 tienen regímenes laborales / profesionales completamente distintos a los conocidos hasta ahora.
Web3 tiene código abierto (esquema colaborativo), cualquiera puede tomarlo y desarrollar algo nuevo sobre la base de lo existente si cree que va a generar valor. Quienes trabajan en esto son desarrolladores / emprendedores / empleados que no tienen un jefe ni relación de dependencia, desarrollan código y programas a cambio de tokens que luego pueden conservar o vender. Es una especie de trabajador autónomo global con un régimen de tributación totalmente complejo por no estar prestando servicios en ningún país y en todos a la vez. Son mucho más parecidos a emprendedores que a empleados y generalmente se denominan co-founders.

Gobernanza
Otro punto que va a cambiar radicalmente es la gobernanza. La mayoría de los proyectos Web3 están asociados a Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAOs) que deciden el futuro del proyecto mediante un sistema bastante parecido a la democracia directa. Estas organizaciones se crean con un fin común definido vinculado al proyecto del que se trate.
Es un tema que va a requerir un artículo entero (próximamente), pero básicamente quienes participan del proyecto de determinada forma, tienen “monedas” que les permiten votar respecto al futuro del mismo. Algo importante sobre las DAOs es que no son sociedades tradicionales. Si bien hay países con intentos por regularlas de distintas formas, la realidad es que no tienen asiento en ningún país ni se incorporan en ningún registro que dependa de ningún Estado, por lo que será un tema por demás complejo
para analizar desde lo jurídico.
La gobernanza de la DAO significa que ya no hay un Directorio corporativo que decide si vende nuestros datos a una empresa de retail para que nos promocione su último producto, sino que los propios participantes del proyecto tendrían que tomar la decisión sobre qué hacer con sus datos. Estas monedas, además, pueden permitir que quienes las tengan participen de las ganancias de la empresa.

¿Qué va a pasar a futuro?
La gran pregunta por ahora es ¿cómo piensan adaptarse las grandes empresas que manejan hoy internet para evitar quedar fuera del negocio? Algunas parecen hacer más esfuerzos que otras por subirse a esta nueva internet, pero la mayoría parece intentar mantener el control y la centralización hasta último momento. Creen más probable que terminen ganando las plataformas actuales a la Web3.
Si bien pueden convivir por un tiempo (grandes empresas usando servicios web3 para que los usuarios sigan viendo lo mismo), lo más probable es que a la larga sea cada vez más fácil acceder a Web3 y los usuarios se empiecen a acostumbrar. Así como parecía impensado manejar el banco desde un celular, es un cambio que no tardará en llegar.

Diego J. Nunes
Socio
Estudio Nunes & Asoc.

Como conclusión, podemos resumir que Web3 implica una revolución a la propiedad y a la identidad digital como la conocemos. A partir de su adopción, podremos ser dueños dentro de una red similar a la internet de hoy de nuestros datos, activos intercambiables por dinero y derecho de decisión sobre lo que se hace en los proyectos en los que tomemos parte. Esto se va a lograr mediante tecnología blockchain descentralizada, segura y sin necesidad de intermediarios “confiables” (que puedan interferir o censurar las expresiones de los usuarios) porque esa confiabilidad la brinda en forma directa la tecnología.
Estaremos cubriendo más sobre este tema en los próximos meses y probablemente comentando algunos casos de uso. Como abogados, entendemos que nos encontramos ante un momento único en donde la regulación legal de estas nuevas tecnologías en los próximos 5 años, van a definir el futuro de las próximas dos generaciones.